Revista El Dolor 65 | Editorial

Año del Dolor Articular: Un Desafío para ACHED

Juan Pablo Miranda Olivares

Páginas 8-9
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Hay muchos y diversos parámetros para dimensionar la calidad de vida de un país. Uno de ellos debiera ser, aún poco citado en las estadísticas, cómo se trata la patología dolorosa. Por su deterioro en la calidad de vida, muchas veces invalidante, el dolor, y específicamente el
dolor articular, es de alta prevalencia y, por tanto, de un alto costo en las sociedades modernas.

El dolor articular afecta la calidad de vida, puede demandar considerables gastos médicos, días de trabajo perdidos y la consiguiente baja en la productividad. Deteriora la vida social y la au- tonomía de las personas. El envejecimiento de la población, la vida sedentaria y el aumento de la obesidad son factores que hacen del dolor articular un problema que continuará aumentando en todo el mundo.

Es por ello, entre otras razones, que la IASP ha declarado a 2016 como el Año Global contra el Dolor Articular. Poner el foco en el dolor articular es un llamado para que médicos, pacientes y entidades de cuidados de la salud tomen acción para dar a los problemas osteo-articulares un lugar preponderante en sus estrategias para mejorar las condiciones de vida de millones de personas en el mundo.

ACHED, como todas las entidades científicas dedicadas al estudio y tratamiento de las pato- logías dolorosas, se propone trabajar con énfasis para aumentar la conciencia sobre el dolor en las articulaciones entre las autoridades gubernamentales, los medios de comunicación, de profesionales de la salud y el público en general.

Nuestro desafío es alentar a grupos de estudio y a unidades de dolor y cuidados paliativos en todo Chile para intensificar la investigación y compartir sus experiencias clínicas para generar protocolos y métodos de tratamiento de la altralgia más eficaces y accesibles, con una especial dedicación este año para las personas con dolor articular.

En efecto, el dolor articular afecta a millones de personas que sufren de una amplia variedad de enfermedades y condiciones. En Estados Unidos, un estimado de 52 millones de personas han tenido un diagnóstico médico actual de problemas o enfermedades articulares y aproxima- damente un 10% de los adultos reporta que estas condiciones, principalmente la osteoartritis, limitan sus actividades diarias.

El dolor articular aumenta en forma progresiva y marcada a medida que aumenta la edad, tanto en hombres como en mujeres. Estadísticas de referencia indican una prevalencia para ambos sexos de algo menos de 30% en los grupos más jóvenes hasta 50% en los mayores de 65 años.

Un estudio de 15 años (1993 a 2012) de seguimiento sobre dolor crónico de brazos, cuello y hombros con 3.050 hombres y mujeres de 26 a 65 años, con controles cada 5 años y cuestio- narios autorreportados, concluyó que sólo un 47% de la población estudiada no tuvo dolor de brazos, cuello y hombro en el periodo de medición (1).

En nuestro país, una de las tareas asumidas por ACHED es alentar estudios para con- tar con una base estadística que nos permita objetivamente dimensionar la carga de los diversos dolores no oncológicos y sostener, como creemos, que es una patología escon- dida para los programas oficiales de atención de salud. En este Año Global del Dolor Articular estamos llamados a representar una vez más ante las autoridades que el dolor, específicamente el dolor de las articulaciones, es una patología de alta prevalencia y de gran deterioro socio-económico, pero que no tiene en los programas de salud pública la atención que amerita.

En Chile, la Encuesta de Salud de 2003 indica que existe un 41% de prevalencia de dolor de origen músculo-esquelético en la población adulta. La frecuencia es mayor a menor nivel educacional, mayor en la población rural que en la urbana y en la estratificación en segmentos vigente actualmente en Chile (E, D, C2C3 y ABC1), a medida que disminuye  el nivel socioeconómico, aumenta la frecuencia de síntomas músculo-esqueléticos. Y en cuanto a la cronicidad, si bien el parámetro de referencia son tres meses con dolor para que éste se considere crónico, un 67% de los encuestados que reportaron SME tenían más de 6 meses de evolución. En cuanto a la localización, el dolor lumbar y de rodillas son los más frecuentes.

El nuevo Directorio de ACHED 2015-2017 continúa la tarea de los directorios anteriores de fomentar la especialización, la conformación de equipos multidisciplinarios de aten- ción y de promover la integración público-privada para mejorar la atención de las pato- logías dolorosas y los cuidados paliativos en el país. Un acento especial en este periodo de gestión ha sido y será el patrocinar y potenciar estudios sobre la carga del dolor para que las autoridades de salud destinen más esfuerzos profesionales y económicos para un mejor y oportuno manejo de estas patologías.

Es una tarea de todos los que somos parte de ACHED.

Dr. Juan Pablo Miranda Olivares
Editor

 

 

 


versión impresa
ISSN 0717-1919

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